Las Cuatro Fuerzas de la Curación.
Cuatro es la base. Tres, el fundamento. Dos, la polaridad. Uno, la Fuente.
Para que se puedan dar las posibilidades de curación, han de coincidir cuatro factores importantísimos:
1. Reconocer que estamos afectados por un desequilibrio o enfermedad.
2. Encontrar el punto de restauración o de reinicio de nuestro sistema.
3. Reflexionar profundamente en lo que produjo la distorsión de nuestro organismo.
4. Realizar acciones regeneradoras, depurativas y limpiadoras. Ayunos o prácticas para equilibrar y unificar la mente y el cuerpo.
Luego, necesitamos que coincidan en nosotros cuatro poderes definibles:
1. Nuestra visión y reconexión con lo Trascendente. Nuestra unión con lo más elevado y profundo que nos habita.
2. Confianza en la Medicina o medios que vayamos a usar.
3. Confianza en el médico, terapeuta o equipo que nos vaya a tratar.
4. Una firme disposición y voluntad interna a emplear todos los recursos propios, en una íntegra capacidad para armonizar las áreas de nosotros mismos que estén desequilibradas y distorsionadas. Voluntad curativa y poder personal.
Sin estas premisas no se pueden dar los principios de curación.
Toda enfermedad es un desequilibrio. Devolver la salud a un organismo es retornar a este equilibrio de las energías que nos configuran.
Restituir lo que nos falta y depurar lo que nos sobra. Este es todo el secreto.
La sabiduría está en reconocer lo que nos falta y lo que hemos de desechar de nosotros, además de tener la voluntad para hacerlo.
Estar bien, no sólo es, no tener enfermedades visibles.
Estar bien, supone:
1. Una confluencia de una cierta alegría y serenidad ante los conflictos cotidianos.
2. Un ánimo para establecer una sintonía correcta con todas nuestras relaciones.
3. Vitalidad y fuerza volitiva, para superar las resistencias y…
4. Entusiasmo para alcanzar los propósitos deseados, conforme a una vida significativa.
Cuatro, es la base para asentar y materializar lo que necesitas. Ponte en marcha.